Soy originario de Monterrey, tengo casi 8 años viviendo en Hermosillo y hoy vengo a contarte una experiencia que viví recién llegado a esta ciudad que me hizo cambiar en algo tan sencillo, pero poco utilizado de dónde venía.
Al hacer mis primeras salidas, me sorprendió mucho algo tan básico que era que la gente me saludaba sin ni siquiera conocerme y con esto me refiero a un simple “buenos días, buenas tardes o buenas noches” según la hora del día. Quizás te suena extraño, pero al menos en Monterrey eso no es normal a menos de que vayas a un lugar donde solicites algo y por “educación” saludes.
Recuerdo muy bien la primera vez que me sucedió, iba caminando en la calle y venía un chico de aproximadamente 12 años, entonces me dijo “buenas tardes” y en lugar de responderle volteé a verlo de manera muy extraña, ya que mi primer pensamiento fue “¿necesita algo? ¿me va a robar?”, luego me cuestioné, ¿y de aquí que sigue? el chico siguió su camino y yo simplemente me detuve sin saber qué hacer y sin responderle.
Conforme iban pasando los días, descubrí que era una práctica muy común, sin importar el género, la edad de la persona o la situación, así que en los siguientes saludos respondía de la misma manera. Y la verdad, confieso que es algo contagioso, así que comencé a hacerlo por mi cuenta y te soy honesto, al principio me daba un poco de pena, pero con el tiempo me fui a acostumbrando a hacer esa práctica tan sencilla y que causa un excelente efecto, ya que cada persona va con su mente ocupada, quizás pensando en problemas, pero es bien sabido que una acción positiva tiene un efecto positivo.
Así que, luego de que ya lo tenía dominado, lo llevé a la práctica en Monterrey, la verdad fue gracioso porque sus caras eran como la mía la primera vez, fue como cuando en la CDMX que te dicen “Cámara, ya se la saben”, realmente era muy gracioso.
Después, estando con mi familia regiomontana, les platiqué de esta experiencia y su respuesta fue, “ahhh si, así como en los ranchos”, a lo que mi reacción fue… ¿es necesario vivir en un rancho para tener una buena educación?
Y es que cuántas veces hemos visto imágenes de las redes sociales en las que cafeterías proponen la manera correcta de solicitar un café, por ejemplo, si simplemente dices “un café” te cuesta 10 pesos, pero si lo pides como “un café, por favor” te cuesta $9.50 y si mencionas “buenos días, un café por favor” entonces te cuesta $9 pesos. Y es aquí donde te pregunto, ¿es necesario que nos paguen por ser educados? Claramente no, más bien es una práctica que nos lleva a realizar un intercambio de actos positivos.
De hecho, lo mejor es que utilices la educación dentro de toda tu comunicación, por ejemplo, si la incluyes en tu trabajo créeme que tendrás excelentes resultados, ya que cuantas veces preferimos ir a un lugar donde sabemos que nos van a atender mejor, aunque sea más caro, ya que la educación te permite entablar un vínculo con las personas, de hecho, esa es una de las razones por las que damos una mejor propina a los meseros. La verdad es que siempre vamos a preferir el lugar donde mejor nos traten.
Sin embargo, a pesar de que todo esto del saludo lo desarrollé mayormente en Hermosillo, debo de ser sincero y decirte que Hermosillo ha cambiado. En este tiempo, he sido testigo de cómo la ciudad ha crecido, de cómo ahora tenemos tráfico, pero también tenemos mejor infraestructura y se va notando el progreso en la ciudad, pero lamentablemente, ese progreso se ha visto contaminado por una falta de sensibilidad que, aunque aparentemente el Hermosillense sigue siendo el mismo, hoy te puedo asegurar que no ¿y sabes cómo lo compruebo? Hay menos gente saludando en las calles.
Sin embargo, ¿cómo es posible que hagamos contacto visual con las personas no saludemos?
Y aquí hago una pausa, y te pregunto ¿qué pasó con el Hermosillo que me recibió? ¿dónde quedó esa bonita costumbre? Hay quienes siguen diciendo que Hermosillo es un rancho y entonces, ¿dónde está? ¡Quiero ver ese rancho! La verdad, quiero ver esas costumbres de rancho que muestran una buena educación.
Las buenas costumbres no se deben de olvidar independientemente de donde nos encontremos y la educación es la base de muchas, así que hoy te vengo a pedir algo…
Por favor, ¡Que no se pierda la bonita costumbre de saludar!
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